LOS POZOS "LOW-COST"
- aatanasio
- 6 may 2016
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Malí ha cumplido con su compromiso para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio al aumentar el acceso a agua limpia de un 19 a un 64% de su población en los últimos 15 años, pero en las zonas rurales aún un 36% de quienes viven en el campo carece de ella, según datos de 2015 del Fondo para la Infancia de la ONU (Unicef) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los objetivos de Desarrollo del Milenio son los siguientes:
1) Erradicar la pobreza extrema y el hambre
2) Lograr la enseñanza primaria universal
3) Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer
4) Reducir la mortalidad infantil
5) Mejorar la salud materna
6) Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades
7) Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
8) Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.[2]
En aldeas como Beleko existe y es de excelente calidad. Sólo hay que saber dar con ella, ya que no se encuentra en ríos, lagos o embalses, sino bajo los pies. “La calidad natural del agua subterránea en esta zona es suficiente tanto para abastecimiento como para riego”, explica Pedro Martínez Santos, profesor de Hidrogeología en la facultad de Ciencias Geológicas de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la ONG Geólogos sin Fronteras (GSF), que opera en este país desde 2010.
“Hay necesidad pero no siempre hay fondos públicos para suministrar agua limpia”, advierte Francisco Bellafont, responsable de la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID) en Malí. “Y cuando la gente no la tiene a su alcance, la busca en algún otro sitio, que suelen ser pozos abiertos contaminados con bacterias coliformes que producen diarreas y muchas enfermedades de transmisión hídrica”
Durante el año 2014, Geólogos sin Fronteras decidió iniciar un proyecto de investigación en Beleko que subministraría agua limpia a los vecinos. La localidad era bien conocida por la ONG dado que Robador (Frank Robador: geólogo y cooperante de GSF con 20 años de experiencia) reside en ella desde hace siete años. “Un pozo seguro es higiene, alimentación, salud… El problema es que cuesta 10 o 15.000 euros y la gente no lo puede pagar, explica Martínez Santos. Para poder acceder a agua limpia se necesita una infraestructura de perforación cerrada, pero su coste es imposible de asumir por muchas familias de Malí, un país situado en el puesto179 de 188 en el Índice de Desarrollo Humano y donde el sueldo medio de un albañil es de unos 90 euros.
“Una solución es abaratar a base de pico pala y cubo, como ya se viene haciendo, pero existe otra más novedosa: realizar un sondeo replicando lo que hace una máquina de manera manual”, sentencia el profesor Martínez Santos, que calculó que se podría rebajar el coste a unos 400 euros al eliminar el gasto en maquinaria, que es el más elevado. Así, tan solo quedarían por pagar los materiales de obra y los salarios de los trabajadores. ¿El inconveniente? Que se tardarían semanas en vez de días en hacer un solo sondeo.
La técnica que llamó la atención de los miembros de Geólogos sin Fronteras es la empleada por unos misioneros baptistas de origen estadounidense que ya la han aplicado con éxito en países como Bolivia, donde han sido capaces de realizar sondeos de 100 metros invirtiendo solo unos 150 dólares para los aparejos de obra. Ésta consiste en golpear la roca con una broca, fabricada a partir de tubos de perforación reciclados, gracias al trabajo de entre cuatro y diez personas que tiran conjuntamente de una cuerda para luego dejar caer el taladro, que golpea una y otra vez contra el suelo. El detrito sale a la superficie a través de los tubos de perforación junto con el agua, que sirve además para ablandar el material geológico que se intenta atravesar.
Así, desde la UCM se redactó un proyecto para lograr la financiación necesaria para llevarlo a cabo y se presentó a la AECID, que trabaja oficialmente en Malí desde 2008 y que en 2014 invirtió 6,5 millones de euros en proyectos de ayuda al desarrollo en este país. Y consiguieron que lo cofinanciara con 150.000 euros.
Des de mi punto de vista veo un gran avance esta técnica a pesar del poco nivel tecnológico que se le pueda tribuir, pero por el simple hecho de que personas sin recursos y con una pobreza extrema sean capaces de crear un sistema rudimentario pero a la vez eficiente, ecológico y sobretodo útil, ya que logran su objetivo primordial y necesario: conseguir agua. Creo que respaldar estos proyectos económicamente es una labor social muy positiva y que debería propagarse a nivel mundial, para ayudar a evitar y a acabar con esta enorme desigualdad económica que hay entre los continentes, y que hace que un bien tan esencial como es el agua sea tan difícil de conseguir en algunos sitios, provocando de esta forma un nivel de mortalidad extremadamente elevado en estos lugares.

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